ENTREVISTAS

Pablo González

Tras tocar la Tercera Sinfonía entré en una especie de Mahler-manía que duró varios años

por Pablo Sánchez Quinteiro

Pablo González

Pablo González (Oviedo, 1975) es uno de los directores de su generación con más proyección dentro del ámbito nacional, y en buena medida también del ámbito internacional. Se ha abierto camino por méritos propios y sin duda esa constancia se ha visto recompensada; la próxima temporada se hará cargo de la titularidad de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña (OBC) cargo que sumará al de principal director invitado de la Orquesta Ciudad de Granada que ostenta desde 2008. Esto junto a visitas frente a la Sinfónica de Tenerife, la London Symphoy, la Orchestre de Chambre de Lausanne… conforman la apretada agenda de este director asturiano que nos hace un hueco para contestar a las preguntas de la gustav-mahler.es sobre su carrera, proyectos y, cómo no, sobre Gustav Mahler, compositor que aparece recurrentemente en sus programas:

¿Cuál fue su primer contacto con la música? ¿Existían antecedentes en su entorno? ¿En qué momento decide convertirse en director de orquesta? ¿Cómo descubre que esa es su vocación?

La música siempre estuvo presente en mi casa cuando era niño. Mis padres son muy melómanos, así que escuchar Beethoven o Schubert o música de cualquier otro compositor era algo muy habitual para mí durante la infancia.

Mi interés por la Dirección de orquesta fue más bien tardío. Yo me fui con 19 años a perfeccionar estudios de flauta a Londres, a la Guildhall School of Music & Drama ya con la idea de ampliar horizontes, y una vez allí me entró el gusanillo de dirigir, así que empecé a recibir clases de dirección y, poco tiempo después, junté a 54 compañeros y tocamos una Primera de Beethoven, que fue mi primer concierto como director. Tenía 20 años.

¿En qué momento de su formación y por qué decide irse fuera? ¿Era y sigue siendo algo necesario?

En aquella época no era raro terminar los estudios superiores (como fue mi caso) con 17 años. Es evidente que aún te queda camino por recorrer, así que la opción de irse fuera era bastante clara. Así me lo recomendaron varios profesores.

¿Fue traumática la adaptación a la vida cotidiana y de formación londinense? ¿La mecánica de estudio era similar a la que había desarrollado aquí o se le abría un mundo nuevo?

Para nada diría que la adaptación fuera traumática. Fue, en todo caso, muy enriquecedora! La mecánica de estudio es la que tú mismo quieras desarrollar. Lo que sí es verdad es que la formación era allí mucho menos teórica y más práctica de lo que era en España en aquella época.

¿Sea en España o en Inglaterra, hay algún profesor que le influyó especialmente?

Bueno, mi profesor de dirección, Alan Hazeldine, fue un magnífico primer profesor para mí, me enseñó muchas cosas útiles sobre la técnica de la dirección que todavía hoy me sacan de algún apuro!

¿Cómo describiría su experiencia con la London Symphony Orchestra? Trabajar junto a una figura de la talla de Colin Davis ¿fue positivo?

Conocer a Colin fue algo muy especial para mí. Poder charlar con él sobre diferentes repertorios, tomar prestadas sus partituras con sus anotaciones, y sobre todo, verle ensayar con la LSO… Aprendí muchas cosas de él y con él. En cuanto a mi experiencia con la LSO, fue muy breve, ya que apenas tres meses después de comenzar mi andadura como direcor asistente, tuve que abandonar toda mi actividad profesional por un Síndrome de Fatiga Crónica. Tardé cinco años en volver a ponerme frente a una orquesta. Pero a finales de Mayo de 2010 volveré a trabajar con ellos dirigiendo la Décima de Shostakovich. Es un proyecto que me motiva mucho.

¿Volver a España fue una decisión personal o profesional? Y aunque no es su caso ¿ve difícil para un director español abrirse camino fuera de España?

Tras mi enfermedad, el lugar más propicio para recomenzar mi carrera era España, aquí es donde aún había gente que se acordaba de mi y me dieron enseguida una oportunidad para regresar que yo no desperdicié. En cuanto a abrirse camino fuera de España, no me parece que sea más difícil para un español que para un rumano o un sueco. Quizás hay países donde hay más tradición, como Inglaterra o Alemania o Finlandia, y tienen en sus propios países más apoyos para comenzar y para ayudarles a dar esos primeros pasos en el extranjero.

¿Qué puertas le abrió el Concurso Cadaqués?

Muchas puertas, 28 orquestas! Una oportunidad única, verdaderamente el Concurso de Dirección que ofrece el mejor premio de cuantos conozco hasta la fecha.

En la actualidad inicia una prometedora nueva etapa en Barcelona ¿Qué proyectos tiene, o ya está la próxima temporada diseñada?

Me gustaría contar más con la opinión de los músicos, diseñar unas programaciones equilibradas y coherentes, que incluyan bloques temáticos o “retratos” de determinados compositores, diversificar la actividad orquestal, buscar un enfoque camerístico a la experiencia orquestal, buscar actuaciones de un mayor impacto social, fortalecer las actividades pedagógicas….

¿Se plantea seguir trabajando fuera o tiene especial preferencia por trabajar con las orquestas españolas? ¿Con cuáles se siente más cómodo?

No descarto nada. Me gusta trabajar en España, me gusta trabajar fuera… En España hay orquestas con las que ya he actuado varias veces y con las que me siento muy a gusto como puedes ser la OCG, la OSG, la OSPA, la ONE… y fuera de España tengo una bonita relación con la Deutsche Radio Philharmonie Saarbrücken-Kaiserslauten.

Las orquestas británicas son muy rápidas y muy flexibles. Sin embargo, en España puedes profundizar más en el trabajo.

Podría señalarnos alguna diferencia entre la forma de trabajo de las orquestas británicas y españolas?

Las orquestas británicas son muy rápidas, ensayan poco y son muy flexibles. Sin embargo, en España puedes profundizar más en el trabajo y obtener resultados más personales.

En una reciente entrevista afirmó “Hay músicos con los que siento una afinidad particular como pueden ser Gustav Mahler y Mozart" ¿Podría decirnos qué le hace sentir esa especial afinidad por estos dos compositores en principio tan dispares?

De Mahler me atrae su sinceridad, su capacidad para retratarse emocionalmente en su música. Y, al fin y al cabo, sus emociones son nuestras emociones, claro, en dosis diferentes, en momentos diferentes, pero todos sentimos miedo o euforia o nos sentimos poderosos o débiles etc. Y él expresa esas emociones de una manera tan clara y convincente…. La conexión con la música de Mahler trasciende la misma música para situarse en un plano puramente emocional. Mozart es verdaderamente terapéutico para mí. Y me atrae especialmente su teatralidad, sus propias sinfonías están llenas de personajes, todo en su musica es ópera, es diálogo, un sentir dramático del hecho musical que sin embargo no pierde nunca las formas y está escrito dentro del más exquisito sentido del equilibrio y la armonía. ¡Un milagro!

¿En su comprensión de la música de Mahler hubo alguna influencia directa; algún profesor, director, intérprete…?

No, me acerqué a su música tocando su tercera sinfonía con la JONDE cuando yo tenía 17 años. Recuerdo estar escuchando el disco en casa, antes del encuentro, y no poder terminar de escucharlo, me parecía interminable y no lo entendía muy bien. Sin embargo, después de haber tocado esta sinfonía, me fui al otro extremo y entré en una especie de Mahler-manía que duró varios años.

Actualmente Mahler es protagonista habitual de sus conciertos ¿Qué sinfonías tiene en repertorio? ¿Y en el futuro?

Hasta ahora he dirigido sólo la Primera, Cuarta y Quinta, además de haber preparado la Segunda para realizar ensayos. En mi primera temporada en Barcelona dirigiré la Tercera y la Sexta, así como la mayoría de sus lieder orquestales.

¿Cómo aborda usted una sinfonía de Mahler? ¿Considera relevantes los aspectos biográficos?

La abordo como cualquier otra obra, es un proceso difícil de resumir, la verdad. No considero relevantes los aspectos biográficos porque ya están claramente reflejados en la música. En la partitura está todo lo que necesitas. Algo bien diferente es que, a la hora de interpretarla te pueda ayudar conocer aspectos de su vida, te puedan inspirar formas de abordar la interpretación que reflejen esa existencia atormentada y a la vez apasionada.

Ensayando la Quinta con la Sinfónica de Galicia insistió a los músicos en un aspecto que nos resultó especialmente interesante: la importancia del ritmo en Mahler ¿Qué nos puede decir al respecto?

Supongo que era en el Scherzo de la Quinta. Este movimiento es uno de los más difíciles para cualquier orquesta. Requiere una visión absolutamente camerística de la orquesta. Y el ritmo está “repartido” por todos los instrumentos. Así, una escritura aparentemente fragmentada, logra, en su conjunto, la impresión de una maquinaria rítimica perfectamente organizada. Pero para conseguir esto hace falta que cada músico de la orquesta sepa exactamente lo que tocan los demás en cada instante.

La Séptima es citada a menudo por muchos directores con un cierto escepticismo ¿Es su caso?

Reconozco que la Séptima me inspira mucho respeto. Pero, ¡seguro que me atreveré con ella algún día!

Hace poco dirigió en Oviedo un buen Don Giovanni ¿Es la ópera un género atractivo para usted? ¿Y la música contemporánea? Nos consta que en su etapa londinense dedicó especial atención a la música de hoy.

La ópera me encanta. Y el teatro me interesa mucho también. Estoy en mi salsa cuando dirijo ópera, y especialmente ópera de Mozart. En cuanto a la música contemporánea, claro que me interesa. Es tan refrescante acercarte a una obra que te llevará probablemente a terrenos musicales aun no explorados. Es siempre un reto y una aventura enfrentarse a nuevas músicas y pienso, que el público, poco a poco, va aceptando este reto también.

Para los lectores de nuestra web las grabaciones suelen ser un motivo de polémica y hasta de discusión habitual. Usted se ha iniciado recientemente en este medio con la grabación de la obra para violín y orquesta de Schumann con Lena Neudauer y la Deutsche Radio Philharmonie Saarbrücken-Kaiserslauten ¿Tiene planificadas más grabaciones?

El tema de las grabaciones está “sobre la mesa” ahora mismo, pero aún no le puedo adelantar cuáles serán mis próximos proyectos en este campo...

¿Qué obra de Mahler le gustaría grabar y con qué orquesta?

¡Demasiado pronto para pensar en esto ahora!

¿Qué importancia le concede a las grabaciones? ¿Le ayudan a preparar una obra o prefiere no sentirse condicionado por ellas?

Las grabaciones tienen un gran interés, puesto que te permiten conocer otras formas de interpretación diferentes a la tuya. Personalmente, creo que si tienes muy claro cómo vas a interpretar una obra, no hay ningún riesgo de sentirse condicionado por una grabación. Al revés, puede resultar muy enriquecedor contrastar tus ideas con las de otros intérpretes.

Y ya por último ¿Cuál es su sueño a cumplir en la dirección?

No dejar nunca de disfrutar haciendo música.

Muchas gracias de parte de los lectores de la gustav-mahler.es y mucha suerte en sus próximos compromisos.